Mi equipo OSASUNA, mis fiestas SAN FERMIN, y mi Estado NAFARROA-NABARRA-NAVARRA-NAVARRE. Soy Osasunista,sanferminero, y por encima de todo Nabarro, pero de la Navarra Entera - Nafarroa Osoa. En este blog escribiré sobre estas mis pasiones especialmente, pero tambien de otras que se me vaya ocurriendo. Sea política, deporte, etc.. ONGI ETORRI-BIENVENIDOS a mi blog, y espero que lo disfruteis

jueves, 27 de octubre de 2016

ORIGEN DEL ANTINABARRISMO

Iñigo Saldise Alda escribe sobre soberanismo nabarro.
26/10/2013

Origen del antinabarrismo
El nabarrismo es una opción política, de carácter patriótico, que está basada en una defensa a ultranza de la soberanía y libertad del Estado de Nabarra. Unido a su vez a una defensa de las diferentes culturas y lenguas de los pueblos que forman la Nación Nabarra, incentivando la cultura y lengua primogénita, que no es otra que la vascona.
Dicho esto, podemos afirmar sin ningún tipo de rubor, que el antinabarrismo es todo lo contrario. Además, como pretendemos con este escrito, lo consideramos una parte importante y necesaria en las labores esclavistas que el colonialismo español y francés ejerce sobre los nabarros, sin olvidarnos un colonialismo más oscuro, el religioso del Cristianismo Católico.
Bien, una de las grandes cualidades que han tenido y también tienen los imperialismos en la actualidad, lógicamente entre ellos están incluidos tanto el español como el francés, es la de conseguir darle la vuelta a todas las situaciones que les señalan e incluso les inculpan ante la opinión política y jurídica mundial. Normalmente se colocan siempre en el lado de una supuesta democracia, de una inexistente humanidad y por supuesto de una imaginaria justicia, siendo todas ellas innegablemente ficticias, engañosas y falsarias, pudiéndose incluso definir como de política infame y siniestra contra la humanidad, concluyentemente carente de toda veracidad histórica.
Todos los Estados imperialistas tienen como primera premisa, una vez llevadas a cabo las violentas e ilegales invasiones y ocupaciones, una vez no logrado el objetivo del exterminio, el conseguir la total o absoluta colonización y sumisión de los nativos, aborígenes o personas originarias del lugar, que son finalmente los naturales y dueños del Territorio, País o Estado conquistado.
Los imperios persiguen por todos sus medios, sin importarles lo más mínimo que estos sean violentos e ilegales, que sean los propios colonizados los que renieguen de su pasado en libertad, aceptando con ello su triste situación de ocupación y sometimiento.
Concretando en el imperialismo español y francés, legitimados desde el Vaticano, incluso han conseguido que la mayoría de los nabarros se puedan sentir hoy día cuales hombres libres, mostrando ante la opinión mundial la posibilidad de participar en unas elecciones con las cuales finalmente legitiman sus imperios y nuestra indudable situación colonial.
Muchos nabarros son incapaces de apreciar las cadenas que les tienen prisioneros, sometidos, subordinados y sumisos cuales esclavos. Esta labor colonizadora ha llegado a tal extremo, que los imperialistas españoles y franceses muestran incluso en símbolos patrios originarios de los nabarros dichas cadenas, eso sí, una vez manipulas y transformadas en beneficio de su engañosa y frágil unidad imperial. Una unidad innegablemente forzada y ciertamente nunca pactada, al menos en el caso nabarro, ya que fue realizada a través de diversas acciones violentas e ilegales de las armas.
Esta sensación de una supuesta libertad, de esa sensación engañosa y falsa en los naturales del Territorio, País o Estado Nabarro, está palpablemente ligada a la semilla colonialista española y francesa, necesaria al fin a cabo para el surgimiento del movimiento antinabarrista. Este principio político directamente contrario al nabarrismo, cuya iniciación es indudablemente de índole colonial, hunde sus raíces tras las primeras acciones armadas llevadas a cabo por los vecinos imperialistas de nuestro Estado, aunque Goñi Gaztambide lo sitúa incluso antes, concretamente en el asentamiento en tierras nabarras de nuevos núcleos de población franca y extranjera, con exclusión explícita de los naturales del País, los vascones libres o nabarros.
Hay incluso quien señala directamente a los monjes franceses de Cluny y de las Órdenes Militares Cristianas, quienes se encargaron de cambiar el Camino nabarro a Santiago, por el Camino francés, incentivando de paso el arte con esencia visigótica-hispánica-mozárabe en esa corriente clunianense reformista y gregoriana, con la introducción de la liturgia romana. Esto ocurrió durante el reinado Sancho Ramírez de Pamplona y Aragón.
El antinabarrismo de la Orden de Cluny quedó finalmente claro en el año 1076, cuando sin legitimidad política alguna, otorga el monasterio de Naiara-Nájera al emperador Alfonso VI de León y Castilla. Dicho templo fue fundado como Santa María la Real por el rey García Sánchez III de Pamplona y Aragón, y que había servido desde su consagración o fundación como panteón Real de Nabarra. La propaganda procastellana y antinabarra se potencia tras el año 1076 en dicho monasterio, siendo una pieza clave de ello la conocida como Crónica Najeriense.
Esto se da en otros monasterios, los cuales tras la forzada y violentada desmembración territorial de Nabarra tras la muerte de Alfonso I de Pamplona y Aragón, se posicionan con mayor o menor rapidez del lado antinabarro, es decir, del lado del invasor y colonizador extranjero de turno.
No podemos olvidar el antibarrismo con el cual actuaron los diferentes tenentes o funcionaros del Estado nabarro, al posicionarse con los distintos invasores y colonizadores, contando con el pago de títulos nobiliarios extranjeros, todos ellos siendo además de carácter hereditario y cuantiosas rentas personales.
Hoy día sigue vigente el antinabarrismo en muchos sectores de nuestra sociedad a lo largo y ancho de nuestro total y legítimo territorio. Incluso hay muchas variantes del mismo, las cuales merecen un análisis más exhaustivo y profundo, pero teniendo presente siempre las cusas de su origen que son la injerencia de agentes políticos, militares e incluso religiosos ajenos a los naturales del País; las ilegales invasiones y ocupaciones de nuestra Tierra por ejércitos extranjeros que dieron paso a la colonización, junto a la traición de importantes funcionarios del Estado nabarro para su beneficio personal y el de los imperios o Estados ajenos a los naturales del País y a todos aquellos pueblos que conviven con respeto y compromiso nabarro con los vascones del siglo XXI o vascos de esta parte de Europa.
En el ejemplo del esclavo negro de las américas es incomprensible pensar, que no se sintiera esclavo o que le pidiera permiso al amo para que le diera la libertad.
Pero en el caso de la tribu vasca, con la ayuda de algunos autóctonos, lo inimaginable se hace realidad y el colonizador consigue que estemos cargando con las culpas por años de resistencia armada. Este conflicto armado, según el imaginario del ocupante, solo tuvo un agente, un grupo de descerebrados que por gusto y esquizofrenia colectiva, se dedicaban a poner bombas y a matar a niños. Nunca hubo dos bandos en esta guerra, solo terroristas y un estado llamado de derecho, que se defendía de la barbarie.
Los soldados del reino portaban flores en sus fusiles y repartían caramelos escritos en euskera entre los niños vasquitos, para luego hablar en castellano durante los recreos.
Cientos de frases diseñadas en las universidades españolas para hacer que nos sintamos culpables, para culpabilizar a todo un pueblo por su resistencia y por su ocupación. 
Pues los navarros decimos que una mierda y recordamos al héroe Escocés William Wallas y os exigimos a los españoles lo mismo que el hizo con los Ingleses en 1297 en la Batalla de Stirling 97 años después de la conquista de Vitoria y el resto de la Navarra Occidental, “ no os pedimos, os exigimos que abandonéis de inmediato las tierras navarras y en vuestra retirada tendréis que ir pidiendo perdón uno por uno, a todos los navarros, por siglos de saqueos, violaciones y torturas por parte de vuestro reino”.
Como país que fue conquistado, los navarros no olvidamos ni perdonamos hasta que consigamos la libertad. No aceptamos procesos de paz con los enemigos, hasta que seamos de nuevo un estado y firmemos dicha paz. No reconocemos ningún tratado ni ponencia de paz, que haya sido firmada por los mal llamados representantes políticos vascos, el único sujeto legalmente capaz para firmar dicha Paz, será el pueblo navarro y su gobierno democráticamente elegido.
Los Navarros tenemos nuestro estado, que pese a estar ocupado por dos potencias extranjeras, nos da los razonamientos legítimos para poder hablar así, como estatalistas, como defensores de nuestro pueblo, nuestra cultura y nuestro ordenamiento jurídico pirenaico.

 http://www.astekaridigitala.net/noticiasDetalle.asp?tm=5&sb=21&id=32712


domingo, 23 de octubre de 2016

¿QUE TIENE QUE OFRECER NABARRA-NAFARROA-NAVARRA AL MUNDO?

POR GAIZKA BASALDUA SAUTO

Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario que un pueblo disuelva los vínculos políticos que lo han ligado a otro y tome entre las naciones de la Tierra el puesto separado e igual al que las leyes de la naturaleza y del Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la secesión.

Nosotros no somos las 13 colonias británicas norteamericanas que en 1776 declararon su independencia. Nuestros condicionantes, nuestras circunstancias, y las motivaciones que nos mueven pueden perfectamente no parecerse en nada a las de los denominados padres fundadores. Pero llegado el caso, al igual que ellos deberemos hacer exposición clara de lo que nos mueve, de lo que nos impulsa a pedir libertad sin ambages. Y eso será justo.

No nos mueve ni la codicia ni las ansias de poder. Los que hoy nos reunimos no pretendemos sino la mejora de la vida de nuestros congéneres, de nuestros conciudadanos. Y lo pretendemos sin entorpecer la existencia de nadie. No estamos aquí para restar sino para sumar. Para que aquellos que quieran sumar puedan hacerlo. Pero sin obligar.

Se está obligando a demasiadas cosas, de forma demasiado rápida, y sin atender demasiado al bienestar de la gente. La cuerda se está tensando y terminará por golpear a alguien en la cara. Godfrey Bloom, europarlamentario británico del UKIP exponía en la Eurocámara que aquellos que nos gobiernan están jugando con nosotros, que viven con soltura y sin preocuparse por nada mientras que el ciudadano de a pie mira impertérrito. Pero les advirtió de que en el momento en el que los ciudadanos se dieran cuenta de la realidad asaltarían la cámara enfurecidos para colgarlos a todos, y que tendrían razón.
En Ucrania avanza el nazismo, el Imperio Ruso sigue mecido por la mano del gangsterismo, EEUU se atrinchera en el miedo y mientras tanto la Vieja Europa languidece, sin rumbo, como una voz que se apaga en la noche.

¿Y qué hace la gente? ¿Se puede decir que la gente esté apática? Yo más bien diría que la gente está sedienta. Sedienta de nuevos paradigmas en los que pueda votar, organizar, dar forma, construir, definir, estructurar, trabajar, cooperar, orquestar, ser parte activa o pueda delegar de forma activa. Queremos más que nunca ser capaces de gestionar nuestra libertad. Decir hasta dónde queremos ejercerla sin que nos pongan cortapisas.

Queremos, por qué no decirlo, decidir. Decidir qué se hace con un tren de alta velocidad, qué se hace con una autopista, qué se hace con los medios de producción eléctrica, qué se hace con el sistema financiero, qué se hace con los medios productivos, con la producción agrícola, qué se hace con un representante que se mofa de sus promesas y se vende a poderes extranjeros y sombríos, poderes sin rostro. Queremos decidir qué se hace con nuestro estado. Con Nabarra, nuestro estado conquistado.
Cuando se habla del derecho a decidir enseguida sintonizamos la radio con el debate independentista, cuando sólo en parte tiene que ver con ello. En realidad, el derecho a decidir es algo mucho más pequeño, más sencillo, más primario. El derecho a decidir es la base de la libertad, y cuando éste es negado se convierte en la base de la rebelión, que según La Fayette era el más sagrado de los derechos y el más indispensable de los deberes.

En esta encrucijada, la lucha por la vuelta a la independencia del estado de Nabarra es una lucha por la libertad y por el derecho a decidir, una lucha para recobrar el control de nuestros destinos que nos ha sido robado y ultrajado, no sólo a los vascos, sino también a los castellanos, a los aragoneses, a los riojanos, a los pasiegos, a los gascones, a los extremeños y manchegos que habitan el viejo reino, todos ellos navarros por derecho de sangre y suelo
.
No se reclama la independencia de Nabarra por que sí. No somos arlotes que se juntan porque no tienen nada mejor que hacer. La independencia de Nabarra tiene un fin concreto que es la mejora de la vida de la gente y toda su administración debe tener como objetivo único dicha meta. El espíritu conciliador del edicto de Nantes no hace sino reflejar la idiosincrasia de su precursor, Enrique de Nabarra y del ser navarro en general. “Una gallina en las ollas de todos los campesinos”. No estaría mal que viendo el percal, empezáramos por ahí. Aunque sin duda tendríamos muchos frentes entre los que elegir un comienzo.
Se decía de Esparta que sus murallas eran los escudos de sus espartiatas y sus fronteras las puntas de sus lanzas. En una sociedad de la antigüedad como era la de las poleis griegas e incluso hasta hace no demasiados años, los estados se construían a golpe de mandoble y a paso de ganso. En la sociedad del siglo XXI no se debería reconstruir ningún estado ni obligar a ninguna sociedad (caso de la navarra) a ser parte de un estado por la fuerza de las armas. Las herramientas de que disponemos son mucho más sutiles, no requieren del sufrimiento ni de la muerte, y sin embargo pueden ser realmente poderosas. El ejemplo espartano es interesante por lo sutil y amoldable.

En el caso de la definición del territorio navarro tenemos claro cuál ha sido la extensión máxima de Nabarra en su historia. ¿Quiere esto decir que ésa debe ser la extensión del estado? Obviamente no, es un marco en el cual nos movemos para poder reconocer unos derechos pero en ningún momento es principio y fin. Las fronteras de Nabarra no serán definidas por un mapa, ni por la punta de nuestras lanzas, sino por la libre decisión de sus ciudadanos, los cuales, rompiendo con marcos impuestos, sean los de las provincias españolas o los de un muy mal entendido “zazpiak bat” deberán pronunciarse y proclamarse como navarros, como miembros del estado navarro.

Y en su defensa no será necesario que construyan murallas pues su escudo será todo un corpus legal ya existente desde la edad media que una vez actualizado a los tiempos podrá dar voz, decisión y libertad a los ciudadanos. Pieza central de la organización política y social, en los Fueros encontramos la herramienta clave para la articulación de los esfuerzos de la sociedad.

A través del ejercicio del derecho a decidir y teniendo claro que ya teníamos nuestras propias leyes que no han sido sino pervertidas durante 800 años, no nos queda sino plantarnos y decir que basta. Que basta de conquista, que basta de atropellos, que basta de no poder decidir nuestro futuro. Que queremos organizarnos en asambleas municipales, comarcales, provinciales y estatales. A través bien sea de la participación activa o de la delegación activa.

Ver a través de ello que nos podemos entender, que podemos convivir seamos de la etnia que seamos o de la ideología que seamos, que podemos conseguir el bien común, que no somos unos zotes a los que hay que decir qué es lo bueno y qué es lo malo porque tenemos discernimiento propio y concienzudo, y que podemos conseguir la liberación de las mentes de los ciudadanos.

Al igual que Churchill no tenemos nada más que ofrecer sino sangre, esfuerzo, lágrimas y sudor, y cuando nos pregunten, ¿qué tiene que ofrecer Nabarra al mundo? Podremos decir, libertad.