Mi equipo OSASUNA, mis fiestas SAN FERMIN, y mi Estado NAFARROA-NABARRA-NAVARRA-NAVARRE. Soy Osasunista,sanferminero, y por encima de todo Nabarro, pero de la Navarra Entera - Nafarroa Osoa. En este blog escribiré sobre estas mis pasiones especialmente, pero tambien de otras que se me vaya ocurriendo. Sea política, deporte, etc.. ONGI ETORRI-BIENVENIDOS a mi blog, y espero que lo disfruteis

lunes, 28 de noviembre de 2016

HOMENAJE A LOS DEFENSORES DE LA INDEPENDENCIA DE NABARRA. 27 DE NOVIEMBRE DE 1512




Homenaje a los defensores de la independencia de Navarra que intentaron liberar Pamplona/Iruñea en 1512

CRONICA DE CORREA DEL ATAQUE DEL 27 DE NOVIEMBRE DE 1512

Nos situamos en noviembre de 1512. El legítimo soberano de Navarra, Juan de Albret, ha lanzado una ofensiva contra los invasores castellanos para liberar su reino, conquistado en julio de ese mismo año, y ha conseguido llegar hasta las puertas de Pamplona, en la que se ha encerrado el duque de Alba con sus tropas para hacerle frente.
El monarca navarro ha plantado su real ante el frente oeste de las murallas de la capital, en el lienzo que va entre la iglesia de San Lorenzo y la Torredonda, y justamente por esa zona va a lanzar su ataque para liberar la capital de los ocupantes españoles.

A continuación, cedemos la palabra a Luis Correa, cronista del duque de Alba y testigo presencial de estos hechos, para que nos narre en castellano de la época lo que ocurrió aquel sábado 27 de noviembre de 1512 en este mismo lugar:

“El rey Don Juan como el pregón fue dado así como el duque ordenaba de dentro para su defensa, así él proveía para la ofensa, en esta manera: puso en la delantera trescientos hombres de armas a pie con una bandera colorada, con ciertas bandas de oro en ella (RESULTA EVIDENTE QUE HABLA DE LA BANDERA DE NAVARRA AUNQUE NO LA CITE EXPRESAMENTE),),, a la cual todos aguardaban y juraron de no la desamparar. Estos caballeros eran de los gentileshombres del rey Don Juan con muchos franceses que se apearon para tenelles compañía. A estos caballeros hacían espaldas todos los gascones, que sería un escuadrón de ocho mil ballesteros y escopeteros. A estos seguía el escuadrón de los alemanes que serían seis mil. La retaguardia de todo tenía Mosior de la Paliza con hasta tres mil hombres darmas asegurando el campo contra nuestro socorro. A los lados de estos escuadrones estaba mucha gente suelta de bearneses y gabachos, en número de más de seis mil hombres. Estos tenían a cargo las escalas y mantas para cuando menester fuese…

Gorazarrea_Homenaje_29N.pdf

http://xaviermina.org/2013/12/03/homenaje-2013-a-los-defensores-de-la-independencia-de-navarra/?lang=es

martes, 22 de noviembre de 2016

NO ES TERRORISMO! NO ES TERRORISMO!

NO ES TERRORISMO, NO ES TERRORISMO, NO ES TERRORISMO, NO ES TERRORISMO.., y así cien mil veces más y lo que haga falta para decir alto y claro, que una pelea de fin de semana no se puede tratar de terrorismo por mucho que lo repita una y otra vez la derecha española y todo ejército propagandístico de medios de comunicación y tertulianas y tertulianos de televisiones a su servicio.
Pero sobre todo es muy triste ver en las redes sociales, e incluso en tertulias de tv, como hay nabarras y nabarros que repiten como loritos lo que dice la derecha española y sus medios de comunicación.
Es muy triste que haya nabarras y nabarros que defiendan esto como terrorismo, que estén tan ciegos, que estén tan controlados, que no vean que son jóvenes , que como cualquier otro joven puede meter la pata y buscar una pelea..¿Cuantas peleas hay un fin de semana? ¿Y en cuantas peleas se habrán visto afectados guardia civiles en cualquier parte del Estado español? No se puede tratar de terrorismo una pelea por mucho que les buscasen la boca por ser guardia civiles.., tendrían que tener sus sanciones correspondientes por lesiones, pero nada más, de ahí a terrorismo, es criminalizar a unos jóvenes y sobre todo a un pueblo al que la guardia civil le tiene muchas ganas como es Altsasu.
Pero lo peor de todo es que las nabarras y nabarros caigamos en lo que tanto desean desde España, que nos odiemos los unos a los otros, que estemos divididos, ya sabes eso de "divide y vencerás", pues así nos tienen a las nabarras y nabarros desde hace más de 500 años...
Antes de 1512, años antes, había una guerra civil en el Estado Reino de Nabarra , entre Beaumonteses y Agramonteses, curiosamente Castilla apoyaba a los Beaumonteses, como única finalidad hacerse con el Reino de Nabarra.  Ya desde entonces, Castilla, lo que ahora llamamos España, hizo todo lo posible para dividirnos aprovechando guerras internas.
Pero no les salió bien la jugada, ya que Juan de Albret y Catalina de Foix, supieron poner orden y calmar esa guerra interna entre Agramonteses y Beaumonteses..
Y que pasó? Que Fernando el Falsario, mandó al Duque de Alba invadir y conquistar Nabarra.. , y así fue en 1512.., y tras unos nueve años de luchas, los nabarros tuvieron que rendirse a los españoles.
Desde entonces, los españoles han conseguido mantenernos divididos.., y eso se traduce en el hoy en día, donde nos tienen totalmente divididos, pero lo que es peor, que trabajan continuamente desde España para que nos odiemos, y lo que es todavía peor, muchas nabarras y nabarros caen en ello , y colaboran en este odio entre nabarr@s  contribuyendo a la división de nuestro pueblo.

Ya sabeis aquello,,"divide y vencerás", y es lo que lleva haciendo España durante mas de 500 años.
Las nabarras y nabarros deberíamos defendernos, estar unid@s , al menos la mayoría, y arroparnos.. Nabarra debería  estar por encima de todo. Hay una frase que suelo utilizar. "Ante todo y por encima de todo soy nabarro", y este lema deberíamos usarlo tod@s y cada un@ de l@s nabarr@s.. ¿Tan complicado es defender lo nuestro y defender a los nuestros y a las nuestras?.

Cuando alguien acusa de terrorismo a un@ de l@s nuestr@s, deberíamos apoyarle la mayoría de Nabarra.
La derecha española con la complacencia de la mal llamada izquierda española, y a través de su herramienta de la Audiencia Nacional, van a juzgar a jóvenes nabarr@s por terrorismo por la trifulca en Altsasu..
Van a destrozar la vida de much@s jóvenes con futuro, y tambien la de sus familias.. Igual salen indemnes, pero salgan o no , ¿quien les va a devolver este tiempo robado?

La mayoría de las nabarras y nabarros deberíamos empezar a pensar solo como nabarr@s, y defender lo nuestro, y no dejar que nos dividan, y no dejar que nos metan el odio entre nosotr@s. Mientras nosotr@s nos odiamos, ellos desde la lejanía se ríen y se frotan las manos..

Nabarra fue un Estado independiente, pero consiguieron dividirnos, y así seguimos hoy en día..
El día que pensemos solo como nabarras y nabarros, el día que pensemos que ante todo y por encima de todo somos nabarras y nabarros, ese día comenzará la libertad e independencia y recuperación de nuestro Estado, Nabarra.

Gora Altsasu
Gora Nabarra 
Ni naiz Altasu



sábado, 19 de noviembre de 2016

EL FEMINISMO Y LA TOLERANCIA RELIGIOSA EN LA NABARRA DEL SIGLO XVI.

NABARRA, Primer Estado moderno Europeo y de libre pensamiento

(Extracto del artículo sobre El Feminismo y la Tolerancia Religiosa en la Nabarra del siglo XVI )
Por: Jon Oria oses

La destrucción del Reino Independiente de Navarra en el siglo XVI no se debió al azar sino que fue provocada por España y Francia para así repartirse nuestro territorio con el beneplácito del papado. Si es verdad que muchos judíos y más tarde los humanistas se refugiaron en Navarra perseguidos por la Inquisición, fueron otras las razones por las que se produjo inicialmente la Usurpación de la Alta Navarra por Fernando el Católico siguiendo una política fundamentalista e intolerante. No es extraño que llamen la atención las diferencias entre la Corte de Navarra y los espectáculos macrabros de las Inquisiciones de España y de Francia, sobre todo si se consideran los logros conseguidos en Navarra durante el reinado del sangüesino Enrique II de Albret y de su esposa Margarita cuyos éxitos fueron más tarde coronados por Juana de Albret y Enrique III. A Navarra se deben, por ejemplo, los comienzos de la liberación de la mujer y de la libertad de conciencia en una Europa dividida por los sectarismos religiosos y dominada por un chauvinismo machista que se oponía a llevar a cabo los lemas del Humanismo más puro. Fue con el Heptameron cómo la Reina Margarita expresó a través de una colección de relatos los ideales del Renacimiento en Navarra. Los escribió a raíz de la publicación de los cuentos de Boccaccio en una traducción al francés en 1545 y en ellos se pueden vislumbrar principios feministas inauditos para su época. La oposición de España a la obra de Margarita (1527-1549), de Juana de Albret (1555-1572) y de Margarita de Valois (1572-1615) por ser ellas quienes "llevaban los pantalones" en la Corte de Navarra es en sí un hito, más tarde completados por el empeño de Enrique III de Albret en traer la paz a Europa tras las cruentas guerras de religión que asolaron a Francia. Años después de su coronación en París (15723), y sin renunciar al proyecto de su madre, Juana de Albret, proclamó por el Edicto de Nantes (1598) la Libertad de Conciencia para todos, incluidos los protestantes, una de las mayores conquistas, según Thiers , para Europa y para la humanidad. Pero esto le acarreó la muerte y el vil asesinato a mano de un maníaco, F. Ravaillac (1610) que había sido programado por el papado, España y Francia, quiso en vano dar vuelta atrás a la historia; por desgracia resulta lamentable constatar que el legado de Margarita y de Henrique III esté aún por cumplir por lo que toca a la integridad del Reino de Navarra, todavía víctima de la política colonialista de España y de Francia

Margarita de Nabarra

SOBRE LOS "BANDOLEROS" DE AMAIUR

Mikel Zuza, historiador.  En su perfil de facebook, contesta a Del Burgo tras su publicación en Diario de Navarra sobre la exposición de Amaiur.

J. I. del Burgo publicó ayer en Diario de Navarra un artículo a cuenta de la exposición sobre el castillo de Amaiur que estos días se exhibe en el palacio del Condestable, en el que como era de esperar insiste en las mismas monomanías ¿históricas? con las que él y su padre llevan machacándonos las meninges desde hace casi cien años. No se me ocurre otro caso semejante de la -por otra parte- actitud tan hispana del "sostenella y no enmendalla" por estos lares, aunque por supuesto, eso no convierte sus tesis en ciertas, pese a que hayan contado siempre con el viento "oficial" a favor. Dice cosas como estas:
-"Este episodio bélico sucedió siete años después de la incorporación de Navarra a la Corona de Castilla (1515) mediante "unión eqüeprincipal" (de igual a igual), sobre la que se han escrito ríos de tinta. Dicha incorporación a la Monarquía más poderosa de Europa, fue el lógico desenlace de la condición hispana de Navarra, que se expresa con rotunda claridad en el Fuero General de Navarra..."

 El término jurídico "eqüeprincipal", que Del Burgo emplea siempre como si fuera el perejil de todas las salsas, queda muy bonito en su arcaico latín, pero no constituye bálsamo ninguno para la herida sangrante que la conquista -y no la incorporación, por mucho que el longevo político se empeñe en dulcificar el asunto- de Navarra supuso, pues la única verdad la dejó lapidariamente establecida el duque de Alba cuando expresó bien claramente a los jurados de la sitiada Pamplona que "Nunca serán los vencidos quienes impongan sus leyes a los vencedores. Rendíos, o vuestra ciudad será reducida a cenizas". La "condición hispana" de Navarra, que el Fuero recoge únicamente para conferir a los reyes de Navarra la legitimidad de los soberanos visigodos, perdida tras la conquista musulmana, no avocaba en ningún caso a "lógico desenlace" alguno, y mucho menos a una conquista a sangre y fuego como fue la emprendida por Fernando de Aragón. Lo cierto es que cada vez que Navarra pudo elegir entre ser independiente y no serlo, escogió siempre la independencia (ahí están los ejemplos de 1134, 1234 o 1328 para demostrarlo), pero claro, eso es mejor no decirlo, no vaya a ser que las navarras y navarros comencemos a preguntarnos cosas que sólo pueden dilucidar los gurús de la Foralidad como Del Burgo.

-Sigue diciendo el insigne historiador:
"A principios del siglo XVI, Navarra se hallaba inmersa en una larga y cruenta guerra civil provocada por el enfrentamiento de de dos bandos nobiliarios, agramonteses y beaumonteses (el pueblo llano era el sufridor de los desmanes de ambas facciones). Eran reyes de Navarra Juan de Albret y Catalina de Foix. Ambos miraban más por los intereses de sus extensos dominios en Francia que por los de un reino empobrecido como era Navarra. En 1512 se aliaron con Luis XII en la contienda europea que enfrentó al rey francés con el papa Julio II. En este contexto, se produjo la ocupación de Navarra por Fernando el Católico, legitimada por sendas bulas papales, que excomulgaban a los reyes navarros y, conforme al derecho de la época, les privaba de su reino por su alineamiento con el monarca francés. En 1513, las cortes navarras reconocieron al aragonés como rey y señor natural. En 1515 éste decidió que a su muerte, sucedieran en el trono navarro, quienes fueran sus herederos en Castilla. Todo ello sin mengua de su condición de reino."

 Uffff, habría tanto que decir... Empezaré argumentando que, a principios del siglo XVI, concretamente para el año 1507, Navarra estaba ya en paz. ¿Por qué razón? Porque los reyes Juan Y Catalina, esos que según Del Burgo sólo pensaban en sus posesiones francesas, habían conseguido derrotar a los beaumonteses y expulsar de Navarra al conde de Lerín, su líder-marioneta. ¿Marioneta de quién? Pues naturalmente del rey Fernando de Aragón, que era quien desde al menos 1472 sostenía desde el exterior esa facciòn con vistas a debilitar Navarra por todos los medios posibles, cosa que hasta ese momento había logrado a la perfección.
 El riguroso trabajo basado en las fuentes de historiadores como Alvaro Adot, ha demostrado sobradamente la importancia extrema que Juan y Catalina concedían a Navarra, cuyo dominio les confería la condición regia, y Del Burgo y los de su escuela lo saben perfectamente, aunque les resulte mucho más cómodo -y más falso también- seguir con la matraca de que eran reyes extranjeros (como su admirado Fernando, por otra parte), aunque reinaran casi treinta años y casi todos los pasasen entre nuestras mugas, donde nacieron por cierto todos sus hijos, entre ellos el heredero, Enrique, que lo hizo en Sangúesa, y no en un retrete de Gante, como Carlos de Habsburgo, ya que nos ponemos puntillosos. La "ocupación" (cierta materia, por mucho que se le eche azúcar, sigue oliendo igual de mal) fue fruto de una conquista injusta, la defendiese el papa de Roma -siempre presionado por los ejércitos castellano-aragoneses radicados en la cercana Nápoles- o no lo hiciese. Julio II lo único bueno que aportó a la humanidad fue su encargo a Miguel Angel Buonarroti de la decoración de la Capilla Sixtina. Aparte de eso no fue más que un mercenario casi siempre al servicio de Fernando de Aragón, que era quien le había conseguido la tiara al quitarle de su camino a los Borgia. Navarra era un país soberano y podía por tanto dirigir su política exterior como mejor le pareciera, sin que otros países (Castilla, Aragón, Francia o Syldavia) tuvieran derecho alguno, ni humano ni divino a entrometerse. Las "Cortes navarras" de 1513 fueron sólo un paripé orquestado por el invasor Fernando para que la facción beamontesa -la única que estaba presente en las mismas- inclinara su cabeza o abriese más sus nalgas (en este caso el orden de los factores no altera el coproducto [Sic.]) para acabar con la independencia de Navarra, lo que evidentemente -diga lo que diga Del Burgo para marear la perdiz- menguó definitivamente su condición de reino. Y si sólo se dicen medias verdades -no hubo "Cortes de Navarra" en 1513, sino Cortes del bando beaumontés-, es exactamente igual que mentir.


En resumen: puedo entender que no te guste una determinada visión histórica que se dé en una exposición como la del Condestable, pero no que aproveches que el Arga pasa por Belaskoain para repetir los mismos tópicos una y otra vez, y que al contrario de lo que dijo cierto alemán (y no oriental, precisamente) no se van a convertir en auténticos porque insistas en ellos mil veces. Por cierto, no lo he dicho, pero el artículo de Del Burgo se titula: "Héroes o bandoleros", ya que esta última es la categoría que concede a los últimos defensores de la independencia de Navarra en 1522.

¿Y sabéis lo que os digo? Que si es por eso, prefiero mil veces ser un "bandolero" como los que defendieron la causa perdida de Amaiur, que ostentar títulos nobiliarios o políticos donde -en el partido del propio Del Burgo lo saben muy bien- campe a sus anchas la primera acepciòn de "Bandolerismo" del Diccionario de la Real Academia de la Lengua: "Conjunto de desafueros y violencias propias de los bandoleros"

viernes, 11 de noviembre de 2016

Leyendas en torno al Estado de Nabarra

Sacado del blog Soberanía de Navarra 

-Leyenda de las Navas de Tolosa y las cadenas: Esta leyenda no surgió realmente de los navarros, sino que fue introducida por los invasores españoles en la Navarra cispirenaica.
Los españoles buscaban con ella, introducir en el imaginario navarro, una falsa unidad de los territorios ocupados, con las coronas que conformaron el reino de España, debido simplemente, ante la gran política Estatal existente en la Navarra ultrapireniaca o soberana, durante el Renacimiento Humanista, la cual era llevaba a cabo por la Reina legítima de todas las tierras de Vasconia, Juana III de Albret y cuya denominación correcta es Navarrismo.


- Leyenda sobre la reina de Navarra, Juana de Albret, sí nacida esta leyenda en territorio navarro, en los valles colindantes a la selva de Irati, Aezkoa y Zaraitzu.
En los días de niebla, las personas que se introducen sin temor el la selva de Irati, si prestan un pelín de atención, podrán ver la majestuosa figura de la reina Juana III de Navarra, la cual está acompañada por al menos, cien leales caballeros navarros, valientes y patriotas, que se disponen seguros de ello, a reconquistar todas las tierra pertenecientes al Estado de Navarra del sur de los Pirineos, donde aún día, el pueblo navarro se encuentra esclavo por la ocupación y la represión de las tropas invasoras españolas.

- Leyenda de San Miguel de Aralar. Nacida de un libro de Navarro Villoslada, "Amaia o los vascos del siglo VIII"
Uno de sus personajes, tras cometer un doble y atroz parricidio, se impone como castigo unas cadenas que traba a su cuerpo, castigándose a vagar las laderas de la sierra de Aralar, soportando tan colosal peso, hasta que las cadenas se rompan, liberándolo tras completar su castigo.
Al encadenado Teodosio de Goñi, en una gruta se le apareció un terrorífico dragón, temeroso por su vida suplicó a los cielos. Sus súplicas fueron escuchadas y apareció el arcángel San Miguel, quien mató al dragón. En ese instante las cadenas se rompieron y quedó en libertad, para así poder marchar a luchar junto al resto de vascones y crear el Reino de Pamplona o Navarra.

CUANDO LAS INSTITUCIONES DEFENDÍAN EL EUSKERA

Artículo de Pello Guerra en Naiz.

A lo largo de la historia, las diferentes instituciones vascas han defendido el euskara como uno de los principales patrimonios de Euskal Herria. Desde el Consejo del Reino de Nafarroa, hasta las juntas y diputaciones, durante siglos se ha promovido la presencia de funcionarios que conocieran la lengua del país para que la ciudadanía, mayoritariamente euskaldun, pudiera participar en cualquier acto administrativo y recibiera educación en euskara.

 La defensa del euskara por parte de las instituciones vascas ha sido una constante a lo largo de los siglos. Así quedó en evidencia en las jornadas internacionales sobre “El euskara en las altas instituciones de gobierno a través de la historia” que se celebraron en la UPNA y de las que se han publicado recientemente sus actas en un libro con el mismo título.

Ese deseo de proteger y fomentar la lengua que hablaba la mayor parte de la población sobre la que gobernaban ya quedó patente en el siglo XVI. Mientras en la Nafarroa conquistada el euskara empezaba a ser perseguido por las autoridades españolas, en la parte del reino todavía independiente al norte de los Pirineos, los reyes de la dinastía Albret mostraban su sensibilidad hacia la lingua navarrorum. Así, en el Consejo Real, el conocimiento de la lengua vasca era «requisito indispensable para el desempeño de los principales oficios, como eran los de consejero y procurador general», al igual que el origen navarro, según señala el historiador Álvaro Adot. Esta norma se mantuvo vigente hasta 1624, cuando el citado órgano desapareció a consecuencia de la creación del Parlamento de Nafarroa durante el reinado de Luis XIII. En la nueva institución se suprimieron esos dos requisitos para formar parte de ella.
Ese modo de proceder del monarca formaba parte del proceso de integración de la Nafarroa independiente en Francia que había puesto en marcha el sucesor de Enrique III de Nafarroa y IV de Francia, y que puso fin al impulso que había recibido el euskara en ese territorio durante el gobierno de la dinastía Albret. En concreto, bajo su cetro se publicaron algunos de los primeros libros en lengua vasca, como el “Testamentu Berria” de Joanes de Leizarraga, que fue promovido por la misma reina Juana.
El texto de Leizarraga fue consecuencia de los nuevos tiempos que se vivían en el ámbito religioso. La Reforma propugnaba que las sagradas escrituras se tradujeran del latín a las lenguas vulgares para que el pueblo las pudiera entender. De esta manera se hacía patente una realidad lingüística que no se recogía de forma oficial, ya que la documentación de las distintas instituciones de esa época se recogía en latín, castellano, francés e incluso en occitano dependiendo de momentos y lugares, y donde no tenía espacio el euskara. Sin embargo, en la calle era la lengua predominante en la mayoría de los territorios, lo que exigía un proceso de traducción para que la población entendiera las decisiones de los distintos poderes.

Los sacerdotes como traductores. En este terreno de la mediación lingüística destacó el papel de los sacerdotes, ya que se manejaban en las dos lenguas. Al menos desde el siglo XIV, la Iglesia dispuso que «los fieles debían ser atendidos en su propio idioma. Por lo tanto, la casi totalidad de los curas, beneficiados y capellanes que ejercían en las comarcas vasco hablantes lo eran igualmente, independientemente de que además supiesen latín y castellano, o francés o gascón en su caso», según señala el historiador Juan Madariaga en la citada obra.
Aprovechando que el conjunto de la comunidad se reunía el domingo en la misa, los curas se encargaban de traducir al euskara y de dar a conocer desde el púlpito en esa lengua a sus feligreses disposiciones eclesiásticas y mandatos institucionales de las autoridades civiles (reales órdenes, mandatos de ayuntamientos sobre quemas de rastrojos, herencias, embargos, subastas...), para que nadie pudiera alegar ignorancia de los mismos. Esa mediación lingüística fue conocida como “publicata” y los sacerdotes cobraban de los ayuntamientos un promedio de unos 12 reales por año por las traducciones que tenían que ver con cuestiones relacionadas con las autoridades civiles. Este trabajo de traducción impulsado por los consistorios recurriendo a los sacerdotes se mantuvo hasta comienzos del siglo XIX, cuando las autoridades eclesiásticas pusieron fin a esa práctica.
Otro ámbito en el que también las instituciones vascas tuvieron en cuenta el uso del euskara fue en el de la Administración de Justicia. Así, en el Fuero Nuevo de Bizkaia (1526) se establecía que en los procesos judiciales, los testigos «que no supieren la lengua castellana, los examine y tome con otro receptor e intérprete». Ese derecho a la utilización del euskara por parte de la población en los procesos se recogía también en el fuero de Gipuzkoa de 1696, la Novísima Recopilación de los fueros de Nafarroa, los cuadernos de hermandad de Araba y las recopilaciones de Lapurdi y Zuberoa, según detallan los expertos Iñigo Urrutia y Xabier Irujo.
Los receptores de los tribunales eran los encargados de recoger los testimonios de los testigos inmersos en procesos judiciales y por ese motivo, en los pueblos vascongados era fundamental que conocieran euskara. Esa circunstancia hacía que los aspirantes a desempeñar ese cargo «debían ser examinados y aprobados en lengua vasca», según señala el experto Roldán Jimeno.
Ese dominio del euskara era fundamental para evitar inexactitudes y fraudes que podían derivarse del uso de intérpretes. Por ese motivo, se establecieron dos turnos de receptores: los romanzados y los que dominaban el euskara además del castellano. En Nafarroa, los primeros tenían como ámbito de actuación desde Tafalla hacia el sur y los receptores euskaldunes, desde esa ciudad hasta el norte. La división generó más de una disputa entre receptores, ya que los romanzados se quejaban de que los euskaldunes tenían más territorio de trabajo.
Esta situación se rompió en el siglo XVIII a consecuencia del centralismo de los reyes borbónicos. En 1766 se prohibió la impresión en otras lenguas que no fuera el castellano, al año siguiente se obligó a una enseñanza monolingüe en esa lengua a todos los niveles y en 1778 se impusieron comisarios romanzados en los pueblos vascongados.

Pulso por la educación. En el ámbito de la educación, ese afán por controlar desde el Estado la enseñanza para imponer el castellano entre los euskaldunes supuso la aparición de la práctica del “anillo escolar”. Esta consistía en castigar a los alumnos que hablaban en euskara. Un anillo era entregado al estudiante que había sido sorprendido hablando en lengua vasca y este podía deshacerse de él denunciando a un compañero que también hubiera empleado el euskara, y así hasta terminar la jornada. El último que tenía el anillo era castigado.
El problema se fue agravando porque esta práctica llegó a extenderse incluso fuera de la escuela, lo que motivó quejas por parte de los ayuntamientos. En un intento por proteger el euskara, los consistorios hacían todo lo posible por conseguir profesores euskaldunes, a los que incluso se animaba a enseñar en las dos lenguas, buscando el bilingüismo.
Esta competencia municipal que protegió el euskara en la enseñanza se vio amenazada en el siglo XIX por la ley de instrucción pública (1857), ya que implantó la estatalización del profesorado, aunque las diputaciones consiguieron mitigar en parte ese problema, de forma que se mantuvo el bilingüismo en la educación, según recogen Urrutia e Irujo.
Unos años más tarde, el euskara incluso llegó a convertirse en la lengua vehicular de la enseñanza. Fue durante la Segunda Guerra Carlista (1872-1876) y en esa época, la lengua vasca fue el idioma oficial de la Administración en la zona controlada por los partidarios de Carlos VII. Así, las juntas de instrucción de Bizkaia y Gipuzkoa marcaron sendas directrices para promover la enseñanza en euskara.
Pero la derrota carlista supuso la supresión de los Fueros en las Vascongadas, lo que eliminó los mecanismos empleados hasta entonces como cortafuegos al intento de aplicar un régimen monolingüe en la enseñanza. Ante esa amenaza, las diputaciones de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa reaccionaron formando un frente común para seguir contando con profesores bilingües. A pesar de ello, desde Madrid se continuó con la política uniformadora en favor del castellano y se siguió empleando el denigrante método del “anillo escolar”.
Tan solo en tiempos de la Segunda República española y a través del Estatuto para Araba, Bizkaia y Gipuzkoa, se recuperó el bilingüismo educativo, ya que el euskara se convirtió en lengua oficial en esos territorios junto al castellano. Pero la Guerra del 36 y la posterior dictadura franquista pusieron fin a esa situación, que se equiparó a la ya existente en Nafarroa.
Tras la muerte de Franco, llegarían el Estatuto de Gernika para la CAV (1979) y el Amejoramiento para Nafarroa (1982). En el primero de ellos, el euskara volvía a ser lengua oficial en ese territorio, mientras que en el caso navarro, tan solo se daba carácter oficial a ese idioma en las zonas vascófonas, cuestión que quedó regulada por la Ley del Vascuence de 1986, en la que se establecía la actual zonificación del herrialde.